Por qué deberías hacerte anarquista en Sudán
- Tierra y Libertad Periodico
- 14 abr
- 5 Min. de lectura
Esta pregunta siempre me ha obsesionado en muchos momentos en un país de diversidad ideológica, cultural, étnica, tribal y política, donde existen innumerables opciones, pero ninguna se puede elegir libremente. En el momento en que naces, tu identidad en Sudán viene determinada por la religión, mientras que tu tribu desempeña un papel crucial en la configuración de tu cultura e incluso de tu destino.
Para convertirte en anarquista en Sudán, ya debes haber escapado de todas estas identidades impuestas y de las asfixiantes limitaciones que nos empujan al horno del Estado.
Sudán es un país donde la guerra, las crisis y las enfermedades nunca han cesado. Su población, saturada de ideologías militares, religiosas y tribales, sirve de combustible perfecto para encender los conflictos.
En un país así, siempre he contemplado mi vida con asombro. Nuestras luchas a menudo parecen películas de acción ‒quizá extrañas o increíbles para los forasteros‒ en las que sobrevivir significa huir constantemente de facciones enfrentadas, esquivando una lluvia de balas disparadas directamente contra ti. Balas del Estado, la religión, la tribu, la secta y las facciones armadas.
Elegir ser anarquista es una expresión de verdadera conciencia de los fallos de estos sistemas. Es una conciencia que te lleva a los límites tanto de la lucha práctica como de la profundamente compleja experiencia humana. Y este camino sólo conduce a dos resultados posibles: o sobrevives como un verdadero resistente revolucionario, o te consume la espiral del poder.
Al igual que la autoridad en Sudán adopta muchas formas, también lo hace la oposición. Existen movimientos de resistencia política, partidos, grupos armados mercenarios, las llamadas milicias revolucionarias y liberales, construidas sobre estructuras tribales, y facciones culturales comprometidas con un profundo autoritarismo propagandístico.
Estas jerarquías entrelazadas conforman las crisis de los pueblos sudaneses. Sudán es, en realidad, un conjunto de pequeños pueblos atrapados en un Estado que ejerce un poder brutal, sin reconocer ningún derecho humano más allá de sus propios intereses.
Además, la ideología de los islamistas extremistas ha sido otra herramienta para profundizar la ignorancia y el atraso en Sudán.
Luchar contra todo esto como anarquista solitario es como luchar como lobo entre manadas de hienas. Si encuentran una sola debilidad en ti, significará tu inevitable destrucción.
El camino hacia adelante comienza buscando a quienes compartan tus ideas, desarrollándolas y ofreciéndoles conocimientos y educación. Como anarquista, tienes la sensación de que estés donde estés, y sea cual sea tu capacidad, tu misión es difundir la libertad. El precio de esa libertad puede ser alto, incluso puede costarte la vida. Sin embargo, todo esto no es más que una pequeña contribución a la escala de liberación que la gente necesita para vivir una vida humana digna.
La libertad es el estado más elevado del ser, y el anarquismo nos muestra cómo alcanzarla y practicarla. La libertad no es sólo una palabra poética para expresar aspiraciones: es un esfuerzo, un compromiso de ser libre con uno mismo y con los demás, y una lucha por hacer de la libertad una realidad.
Ser anarquista es una bendición que no se puede monopolizar ni ocultar. Ser libre es ser anarquista, y ser anarquista es ser libre.
Por qué deberían ser apoyados los anarquistas en Sudán
Cada día asistimos a conflictos mundiales por los recursos, el poder y la ideología, con pueblos divididos en bandos que apoyan a la autoridad existente en sus países o tratan de hacerse con el control del Estado. En Sudán, la lucha por los recursos y el poder ha sido durante mucho tiempo la fuerza motriz de los conflictos, que culminaron en la catástrofe que asoló el país el 15 de abril de 2023. Estos acontecimientos revelaron crudamente la verdad que se ocultaba tras los lemas de la Revolución de Diciembre, que los anarquistas trabajaron activamente para esclarecer.
Cuando los Janjaweed formaban parte integrante del Estado militar y participaban en la dispersión violenta de las sentadas, los compañeros se opusieron valientemente a ellos, exigiendo su desmantelamiento popular, reconociéndolos como una amenaza para la revolución y la sociedad. Más tarde, las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) surgieron como un poder independiente basado en fundamentos tribales, esgrimiendo su autoridad y sus armas para imponer el dominio mediante una supremacía racial explícita. En Sudán, el conflicto tribal organizado está visiblemente alimentado por el Estado, y la ignorancia sirve como principal herramienta para avivar la división entre las comunidades en beneficio de los poderes dominantes.
Los anarquistas han rechazado la autoridad tribal, que sigue siendo el principal motor del conflicto en Sudán, y luchan por difundir la conciencia de la libertad, el pensamiento independiente y la liberación de la propaganda estatal y tribal para evitar que la gente se convierta en peones de la lucha por el poder. En un país agotado por la pobreza, el subdesarrollo y las guerras ‒donde la resistencia se ha hecho cada vez más difícil y los compañeros se enfrentan a una represión inimaginable‒, los anarquistas sudaneses han insistido en su presencia y en su lucha continua. Su papel va más allá de la resistencia; se han convertido en un espejo que refleja la verdadera realidad de la situación, más allá de las distorsiones de los principales medios de comunicación, compartiendo sus experiencias y luchas diarias con los anarquistas de todo el mundo.
En África, donde las ideas anarquistas siguen siendo relativamente escasas, los anarquistas sudaneses sirven de faro de esperanza para difundir la conciencia emancipadora. El levantamiento de los pueblos africanos contra el saqueo de sus recursos y su tratamiento como vertedero de residuos y tesoro escondido para la explotación global ya no es una elección, es una necesidad. La guerra de Sudán no es un mero conflicto interno; es un campo de batalla abierto para el ensayo de armas, ya que muchas naciones venden sus armas para que se utilicen contra civiles inocentes.
En la actualidad, los sudaneses no luchan por la religión o la ideología, sino que están inmersos en una lucha fundamentalmente autoritaria. Con los movimientos sociales contra la ideología perdiendo impulso, los anarquistas siguen siendo los únicos capaces de ofrecer un análisis y una crítica correctos de las políticas autoritarias. Mientras nos esforzamos al máximo ‒y posiblemente incluso nuestras vidas‒ para mantener nuestra existencia y difundir la conciencia, el apoyo de los compañeros de todo el mundo es crucial.
No podemos librar esta lucha solos. Al igual que reconocemos que no estamos solos en este mundo, la solidaridad internacional nos fortalece. Por eso pedimos a todos los compañeros que apoyen a los anarquistas de Sudán, porque apoyarles es apoyar la libertad y la justicia contra la tiranía en todas sus formas.
Apoyad a los anarquistas en Sudán… ¡Apoyad a la libertad en Sudán!
Nuestra contribución durante la guerra
Ciertamente, la guerra tuvo un impacto devastador en la formación de nuestro grupo, ya que los desplazamientos y la dispersión fueron consecuencias inevitables del violento conflicto del país. Sin embargo, gracias a la solidaridad internacional, pudimos rescatar a compañeros atrapados en zonas de conflicto, ponerlos a salvo y ayudarles a adaptarse a sus nuevas viviendas. También ayudamos a otros a encontrar refugio. Personalmente, durante la guerra acogí a más de tres familias de compañeros, reforzando el principio de solidaridad hasta que pudieron estabilizar su situación.
A pesar de nuestros limitados recursos, superamos ampliamente nuestras capacidades. La mayoría de nuestros compañeros se ofrecieron voluntarios para servir a la comunidad afectada y a grupos vulnerables como niños, mujeres y ancianos. Ante la escasez de ayuda humanitaria y el agravamiento de la crisis, no tuvimos más remedio que dar un paso al frente.
Además, era esencial reflejar al mundo las verdaderas causas, trayectoria y evolución de la guerra desde nuestra perspectiva anarquista. También tratamos de desactivar las tensiones que las facciones enfrentadas pretendían avivar para alimentar el conflicto, concienciando sobre la naturaleza de la guerra.
Otro aspecto crucial de nuestros esfuerzos fue educar a la gente sobre los peligros de los restos de guerra y cómo manejar situaciones de cautiverio, detención, inanición, heridas y residuos relacionados con la guerra.
A pesar de nuestra falta de recursos, seguimos comprometidos con nuestro deber liberador: difundir la conciencia en circunstancias tan complejas. Esperamos ampliar la participación y el alcance de la lucha.
Fawaz Murtada
Comentarios