A LA MEMORIA DE LIBRADO RIVERA (1864 – 1932)
Hay en la historia de la humanidad personajes que viven sus vidas con tal coherencia con sus ideas, que su paso por la existencia queda escrito con letras indestructibles por el tiempo, a basa de una tinta indeleble, a prueba del olvido histórico. Uno de estos personajes es nuestro querido compañero Librado Rivera. Nacido en Rayón, San Luis Potosí el 17 de Agosto de 1864, egresado de la Escuela Normal para profesores de San Luis Potosí; es maestro de profesión, por convicción anarquista y revolucionario.
En 1901, siendo miembro de club liberal “Benito Juárez” de San Luis Potosí, del cual es miembro desde el año anterior, acude al primer congreso liberal, organizado por el club liberal “Ponciano Arriaga” en la misma ciudad de San Luis Potosí. En este congreso conocerá a Ricardo Flores Magón, comenzando una amistad que, alimentada por la afinidad ideológica y la lucha contra la tiranía, habrá de perdurar hasta la muerte de Ricardo, asesinado a manos del gobierno estadunidense en 1921.
En vísperas del segundo congreso liberal, en 1902, Librado es arrestado y encarcelado por primera vez junto a trece liberales más, entre ellos Juan Sarabia y Camilo Arriaga, en medio de una sesión del club liberal al que pertenecían. Librado pasara alrededor de doce meses en la cárcel, al ser liberado se trasladara a la ciudad de México, donde pasa a formar parte de la redacción del periódico “El hijo del Ahuizote”, en compañía de Ricardo y Jesús Flores Magón. La represión porfirista contra los liberales y sus periódicos es tanta que Librado y sus compañeros del “Hijo del Ahuizote” van a parar a prisión; siendo esta la primera de muchas más estancias en la cárcel que pasaran juntos Librado Rivera y Ricardo Flores Magón.
Ya para 1904 dadas las circunstancias de total censura y represión del régimen, los liberales del grupo de los hermanos Flores Magón, incluido Librado se ven en la necesidad, para poder continuar la lucha contra la dictadura, de emigrar hacia los Estados Unidos, pero como el dinero con el que cuenta el grupo no alcanza para que todos se dirija a los Estados unidos de una sola vez, Librado le dice a Ricardo, refiriéndose a Santiago de la Hoz(que en ese momento contaba con tan solo 21 años de edad) “este es un joven entusiasta, yo le cedo mi lugar, al cabo yo me iré después”, dando muestras del gran carácter que tenia. Un año después, en 1905 se les une en Saint Louis Missouri; donde acontece la creación de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (JOPLM), Junta que sabe de sobra que solo la revolución social y libertaria podrá traer al pueblo mexicano la tan amada libertad.
Fue la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, de la que Librado era parte, la que dio dirección y nutrió teóricamente a los levantamientos armados de 1906 y 1908, como antesala de la revolución de 1910 y dirigió las luchas obreras de Cananea, Rio Blanco, Orizaba y Puebla. La JOPLM no ceso con la propaganda y la organización revolucionaria por medio de clubs liberales, muchas veces organizados de forma secreta y por medio de periódicos; no solo Regeneración, en 1910 antes y en el momento del levantamiento revolucionario la JOPLM contaba al menos con siete periódicos, en varios de los cuales la pluma de Librado contribuyo. Liberados de la prisión de Arizona en agosto de 1910, Librado Rivera, junto a Ricardo Flores Mangón y Antonio I. Villarreal viajan rumbo a los Ángeles, California, para volver a publicar Regeneración. Para finales de septiembre de 1910 en las páginas de Regeneración se puede leer: “Tierra, grito Bakunin; Tierra, grito Ferrer; Tierra, grita la revolución mexicana… ¡Tierra y libertad! Librado y sus compañeros van acercando cada vez más al pueblo a las aspiraciones anarquistas que ellos profesaban. Lamentablemente, para diciembre de 1910 la JOPLM y el anarquismo Mexicano sufre la perdida de Práxedis G. Guerrero, muerto en combate en Janos, Chihuahua. El 23 de septiembre de 1911 se lanza un manifiesto firmado por Librado Rivera, Anselmo L. Figueroa y los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, donde dejan claras sus aspiraciones anarcocomunistas al pueblo. El periodo comprendido de 1911-1916 fue un arduo peregrinar de la cárcel a las calles, sacar nuevos números de Regeneración, y nuevamente a la cárcel. Pero sin claudicar un solo momento.
En agosto de 1918 Librado Rivera y Ricardo Flores Magón fueron sentenciados, Librado a quince años y Ricardo a veinte años de cárcel por la publicación, en el ultimo numero de Regeneración, de su manifiesto a los anarquistas y a los trabajadores del mundo, donde se puede leer: “Que cada hombre y cada mujer que amen el ideal anarquista, lo propaguen con tesón, con terquedad, sin hacer aprecio a burlas, sin medir peligros, sin reparar en consecuencias”. Esta será la última condena que Librado pasara con su querido amigo y compañero Ricardo Flores Magón, ya que Ricardo no saldrá con vida de la cárcel de Leavenworth, Arkansas. Asesinado a manos de un carcelero de la prisión.
Tras 18 años de exilio, 11 años y medio de ellos pasados en las prisiones norteamericanas. A finales de octubre de 1923, regresa Librado a México. Sin dinero, con su salud arruinada por tantos años de presidio, sin sus compañeros del PLM; muchos muertos, otros encarcelados y algunos otros traidores a la causa de la libertad el pueblo mexicano. Pero con las mismas ganas y las mismas ideas sobre una sociedad justa e igualitaria. Expresa: “Seria lamentable gastar la poca vida que me sobra en contemplaciones y lamentaciones”. En su cabeza solo hay sitio para una cosa: continuar la guerra social. Por coherencia con sus ideales anarquistas rechaza las intentonas del gobierno mexicano, primero darle una pensión de 5 pesos diarios, después el pago de los gastos de transportes de la prisión a la parte de México que él decida, y al final un curul como senador o una cátedra en la Escuela Normal para profesores, a estás propuestas respondió firmemente: “No quiero nada del Estado… Lejos esta de mi mente la idea de abandonar la lucha emprendida desde hace tantos años a favor del pobre”. Reafirmando sus amados ideales anarquistas.
Tras unos meses en casa de su anciana madre, donde recupera un poco su salud, lleno de entusiasmo por las pláticas sostenidas con Jose C. Valadés, dirigente sindical de la CGT, se marcha al puerto de Tampico. Que en esos momentos es un punto de fuerza del anarcosindicalismo, con un sindicato petrolero que cuenta con cerca de doce mil adherentes, con un fuerte y valeroso elemento anarquista. Inmediatamente después de su llegada al puerto de Tampico se une al grupo anarquista “Los hermanos rojos”, y comienza a escribir en su periódico “Sagitario”, escribe el libro “los mártires de Texas”, donde aboga por la libertad de los compañeros magonistas aun presos en los Estados Unidos, hace una enorme campaña por la libertad de Sacco y Vanzetti, a la par de que difunde incansablemente el pensamiento de sus amados compañeros Ricardo Flores Mangón y Práxedis G: Guerrero. Después de la censura de “Sagitario”, colabora en “Cultura proletaria” de nueva york, desde la cárcel, si ¡nuevamente pisa la cárcel!, ahora en México, en ese México que se jactaba de ser el país nuevo gracias a la revolución, acusado de ¡insultar al presidente!, hacer apología publica del anarquismo y de incitar al pueblo a la anarquía. En noviembre de 1927 Librado funda un nuevo periódico, bautizado "Avante", continuando con su labor propagandista del anarquismo y denunciando los abusos e injusticias, Librado es nuevamente detenido, se confisca la imprenta donde hace "Avante" y es llevado a la Ciudad de México contra su voluntad. Una vez que sale de la cárcel, continua la lucha creando un nuevo periódico, llamado "Paso!".
Esta terquedad, esta actividad incansable, se comprende y se justifica, creo yo, en palabras de Ethel Duffy Turner que: “Cuando los hombres expresan las aspiraciones de su pueblo, surgen y se elevan a gran altura”.
Durante sus últimos dos años de vida, Librado vive en un cuartito que le sede en su casa Nicolás T. Bernal. En febrero de 1932, Librado es atropellado, y por la negligencia de sus médicos contrae tétanos en el hospital. Se rehúsa a hacer cargos en contra del chofer que lo atropello ya que “no quería perjudicar a un trabajador jefe de familia”. En sus últimos días de semiconsciencia , en su cuarto de hospital, hacia débiles movimientos con la mano cuando se le cubría la cara con una sabana para evitar que las moscas lo molestaran. La enfermera que estaba cerca de su cabecera le dijo “¡con que rebelde aún, compañero!” a lo que Librado respondió balbuceando: “Siempre luche y todavía lucho contra las injusticias sociales de los fuertes”. Poco después moría. Los miembros de la Federación de Trabajadores (el último reducto del anarcosindicalismo mexicano), llevaron su cuerpo a un cementerio municipal en donde ni siquiera fue colocada una lapida que señalara su tumba (James D. Cockcroft).
Librado Rivera nos dejo en vida, pero al igual que Ricardo Flores Magón, nos ha legado su pensamiento y su ejemplo de vida empeñada en la lucha por la libertad del pueblo. Recobremos su tumba, que se llene de rosas rojas y banderas negras, que su larga lucha por la emancipación del pueblo trabajador sirva para ensanchar el camino de la libertad donde seguiremos su andar en la edificación de un mundo nuevo. Por Librado Rivera, por Librado el anarquista, por nuestro compañero y nuestras amadas ideas, ni un minuto de silencio ¡Toda una vida de lucha por la anarquía!.
Francisco Castañeda Mtz.
Melchor Ocampo, Estado de Mexico.
Octubre de 2022.
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